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“La liga deportiva más cara del mundo VS el presidente narcisista por excelencia”

  • Foto del escritor: Sara Ochoa Mora
    Sara Ochoa Mora
  • 23 may 2018
  • 5 Min. de lectura

A pesar de mi gusto por los deportes (los que me conocen saben que para mí son tan importantes como la religión, con todo y los regaños por parte de mi abuela) existe una disciplina que realmente nunca ha llamado mi atención; me refiero al Futbol Americano, especialmente la NFL.


Sé que muchos me lincharán por decir esto, pero siempre he creído que el éxito de su liga se basa no tanto en el deporte que practican sus miembros, si no en tres características fundamentales:


-Las grandes cantidades de dinero que se manejan dentro de ella.

-La increíble mercadotecnia que recibe “El mejor día del torneo”. Obviamente me refiero al Super Bowl, donde anunciar tu producto cuesta casi igual que vender tus órganos al mercado negro.

-El cuidadosamente planeado y famoso a nivel mundial “Half Time” del mismo evento, en el que millones de televidentes alrededor del planeta observan año con año a un artista de renombre, rodeado de una super producción, pero que muy probablemente no vaya a superar las expectativas del show anterior, o incluso llegue a tener accidentes arriba del escenario y sea la comidilla en redes sociales. (Sí, me refiero a ti Janet Jackson, que suerte que en tus tiempos no existía Facebook ni Twitter).


En pocas palabras, muchos golpes, mucho show, muchísimo más dinero, pero poco deporte.


Sin embargo, tengo que aceptar que estos últimos días me he empapado de mucha información, pues una situación que iba más allá del ámbito deportivo se convirtió en toda una problemática en Gringolandia.


Jugadores e incluso equipos enteros dentro de la liga, se hincaron o tomaron la decisión de no salir durante la interpretación del himno nacional estadounidense, si, ese que dice “In de land of de fri, an de jom of de breiv” en respuesta a los recientes ataques por parte del BFF de México (ahh que dijeron), el señor presidente Donald Trump, en los que exigía a los dueños de la liga castigar de manera ejemplar a los que no lo entonaran de manera “respetuosa”.


Pero wowowo. creo que me adelanté demasiado. Para los que no están enterados, explicaré un poco el contexto de la situación:


-En agosto del año pasado, Colin Kaepernick,( que difícil de escribir) en ese entonces quarterback de los 49ers de San Francisco, comenzó a arrodillarse durante la interpretación del himno, a manera de protesta pacífica por los constantes actos de brutalidad por parte de la policía hacia la comunidad afroamericana y otros grupos vulnerables.


La manera en la que explicó su comportamiento fue la siguiente:

“No me voy a levantar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color"


¡PUUUUUM!


-Incentivados por el acto, otros jugadores se suman a la protesta no sólo hincándose, si no también alzando el puño como en los juegos olímpicos de México 68, o incluso tomándose de las manos con el resto de sus compañeros.

¡DOOOOBLE PUUUUM!


-El señor copetudo, perdón, Trump, entra a la presidencia del país y a partir de ese momento y hasta la fecha, Kaepernick se encuentra desempleado y a la espera de recibir ofertas por parte de equipos de la NFL. Como era de esperarse, dicen las malas lenguas que nadie quiere contratarlo por miedo a represalias del mandatario, o por lo menos se quieren evitar el show de que los etiquete en algún tweet que escriba.


-La visita por parte del equipo campeón, los Patriotas de Nueva Inglaterra a la Casa Blanca, se vuelve reducida, pues no asiste la planilla completa al evento, entre ellos la figura del equipo (el guapísimo y muy sexy) Tom Brady, entre otros.


Espero vayamos entendiendo juntos la situación: hay protestas, un jugador se queda sin empleo y para los campeones el visitar la casa presidencial se convierte en una obligación más que en honor.


Observando el panorama, uno pensaría que la mejor decisión sería cancelar las visitas por parte de cualquier equipo deportivo hasta que las aguas se calmen en el país, pues como sabemos, la sociedad se encuentra dividida entre el pensamiento de ultra derecha en lo que va de su gobierno, y el resto de la población a favor de los derechos humanos y de migración. Ya saben, todo el show que llevamos aguantando desde hace dos años. Meh, los mexicanos ya somos “Bulletproof”


Peeeeeero no sucedió así, y aquí fue donde oooootro deporte se coló a la discusión: el bendito Basquetbol, pues los actuales campeones de la NBA, los Warriors, tenían planeada la famosa visita, situación que seguramente puso a hervir la sangre del presidente cuando una notificación salvaje apareció dentro de su cuenta de Twitter, ya saben, la que le encanta usar, cuando Stephen Curry, el galanatzo de la liga, declaró que no le interesaba ir a la Casa blanca. ¿¡QUÉ?!


Y como dirían en mi rancho, así fue como se armó la machaca. Ni tardo ni perezoso, Donald Trump criticó duramente al jugador, alegando (como diario) que asistir a su Palacio real, perdón, Casa Blanca era un honor y que, si dudaba, le retiraba la invitación a todo el equipo. Si, lo leyó bien, a TO-DI-TO el equipo.


Como si era polémica no fuera suficiente, aplicó el “Quítate que ahí te voy” y aprovecho también para arremeter contra los jugadores de la NFL que protestaran arrodillándose, afirmando que el himno merecía respeto y recomendando que fueran despedidos de sus respectivos equipos. Por favor Donald, ya sabemos que eres impulsivo, pero trata de manejar UN SOLO PROBLEMA a la vez, plis.


Y así empezó la batalla campal. Dimes y diretes, apoyo total por parte de absolutamente todos los dueños de la liga, y otros miembros, mostraron su repudio contra los ataques del presidente hacia sus jugadores.

Si nos ponemos un poco más serios (cosa que no me gusta) y analizamos un poco a fondo, nos podremos dar cuenta que, en Estados Unidos, a diferencia de nuestro país, no existen leyes que prohíban el mal uso de la bandera ni los actos de protesta durante el himno.


Es por esto, que más de alguno de nosotros ha visto como se utiliza la imagen de la primera en cilindros, paraguas, playeras y hasta en bikinis (sí, en bikinis) y demás productos sin que haya una sanción de por medio.

Explicado esto, los jugadores NO deberían recibir una infracción por mostrarse en contra del gobierno, pues no estarían infringiendo ninguna ley. Pero, ya saben cómo se maneja el ex conductor de Reality Shows, y para que le hagan entender eso, primero queda campeón el Atlas antes de que eso ocurra. Jeje, un saludo a mis amigos seguidores.


Y entonces nos surge un cuestionamiento FUN-DA-MEN-TAL: ¿El señor Donald Trump está suprimiendo un derecho básico en cualquier democracia como la “Libertad de expresión”?

Cada uno podrá pensar lo que quiera, pero si tomamos en cuenta que, en nuestro país, hemos hecho cientos y miles de memes, caricaturas, críticas, desaires y demás situaciones con cada peripecia que nos regala el señor Lord Enrique Peña Nieto, déjenme decirles que deberíamos estar agradecidos.


En conclusión, porque creo que ya me excedí, este pleito seguirá, pues está tocando fibras muy sensibles dentro de una sociedad tan lastimada y dividida como la norteamericana, donde los ídolos deportivos son ejemplos a seguir tanto para jóvenes como adultos, y el que se involucren en un problema político, Y defendiendo a las minorías tan reprimidas por su presidente, da para una guerra laaaaaaaarga y jugosa para los que nos dedicamos al periodismo, en especial el deportivo 😊


¡QUE VIVA EL SEÑOR DONALD TRUMP!


 
 
 

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